La Liga Iberdrola cada vez está avanzando más, pero todavía queda mucho camino por recorrer.
La Primera División Española, denominada Liga Iberdrola RFEF, es la máxima categoría de fútbol femenino en España, que cuenta con 16 equipos. Comenzó a disputarse en la temporada 1988-89 y desde entonces se ha celebrado sin interrupciones.
Todavía está en las etapas iniciales de su desarrollo. Prueba de ello, son las abismales diferencias que hay entre los recursos que cada club destina a sus equipos femeninos de élite (presupuestos, infraestructuras, nivel de profesionalización de cada equipo…) así como las diferencias entre los salarios que las jugadoras y los jugadores perciben por jugar al fútbol.
Los equipos más modestos son, en su mayoría, los que no cuentan con la estructura sólida que brinda ser parte de clubes con equipos masculinos de élite. Sus instalaciones, servicios médicos, materiales, etc. suelen ser peores.
Gracias a la entrada de la asociación La Liga en la gestión y de Iberdrola como patrocinador principal, se ha garantizado que todas las jugadoras de la primera división coticen a la seguridad social.
Iberdrola, con el peso tan importante que tiene en el fútbol femenino, ha renovado su compromiso con la Real Federación Española de Fútbol hasta 2021. El objetivo de este convenio es intensificar el apoyo que la compañía presta a la federación y a sus distintas competiciones.
Es evidente que la popularidad del fútbol femenino va en aumento. Los primeros equipos formados únicamente por chicas comenzaron a existir hace unos treinta años, y desde entonces han aumentado notablemente. Las licencias federativas de mujeres futbolistas en España ha crecido un 561% en los diez últimos años.
España está lejos todavía de los números de las grandes ligas, estamos situados en el puesto número 17 en el ranking FIFA. Disponemos sin duda de unas cifras muy modestas para un país con una gran cultura futbolera, y una población de más de 45 millones de personas, teniendo en cuenta que alrededor de la mitad son mujeres.
Algo positivo, aunque quizás con consecuencias porque todo lo que sube baja, es que el fútbol femenino en España está de moda. Las categorías inferiores de la selección se hicieron con dos campeonatos de Europa, un subcampeonato mundial y el primer oro mundial de su historia, cosa que ayudó mucho a su desarrollo.
Por suerte, el siglo XXI se ha encargado de demostrar que el fútbol no es cosa de hombres y cada vez son más las niñas, las jugadoras, los aficionados, los medios y los patrocinadores que ponen su granito de arena para el desarrollo del fútbol femenino.
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