Los años pasan, y las niñas pueden comenzar a tener referentes femeninos para comenzar una andadura en el fútbol.
17 de marzo, una del medio día. El estadio Wanda Metropolitano abre sus puertas para albergar un partido de fútbol femenino. Atlético de Madrid – Barcelona, los dos equipos que están luchando por el primer puesto en el campeonato de la Liga Iberdrola. La grada se va llenando de familias, de niños y niñas con camisetas de fútbol, de gente se trae el bocadillo y comparte bolsas de patatas con los de al lado.
En uno de los fondos un grupo de gente de mediana edad con bombos y megáfonos. Se escuchan cánticos: “Yo te quiero Atleti de Madrid” o “Ángela Sosa, la, la, la”. 22 mujeres sobre el césped de un estadio como el Metropolitano y suena el pitido del inicio del partido.
60.739 personas son partícipes del partido que pasará a la historia por tener un registro que supone el récord en cuanto a aforo en un partido de fútbol de clubes y la decimonovena mejor entrada de cualquier partido (oficial) femenino. Los goles se celebran a lo grande, con canciones de Gloria Gaynor por los altavoces, aplausos y el público en pie.
A mi lado Marta, de nueve años. En su colegio juega en un equipo mixto y sigue La Liga por la televisión siempre que puede. Su padre le ha hecho ver que el hecho de que las chicas jueguen al fútbol es algo normal. Mientras comenta que hay muchos referentes femeninos en los que su hija se fija, de fondo se escucha: “¡Lola Gallardo!”, “¡Meseguer!”, “¡Carmen Menayo!”.
Sin duda, algo está cambiando. Es una suerte que las pequeñas futbolistas puedan tener referentes femeninos, yo me fijaba en Raúl González y en Michel Salgado, jamás vi por la televisión cuando tenía corta edad algo sobre el deporte femenino que me hiciese fijarme en una futbolista.
Si retrocedemos al año 2002, veremos que se estrenó la película “Quiero ser como Beckham”. Se trata de una producción británica en la que una niña hindú soñaba con triunfar en el mundo del fútbol. Su gran referente para alcanzar su objetivo de ser una estrella no era una jugadora, si no uno de los principales iconos comerciales y futbolísticos de aquel momento: David Beckham.
La obra pretendía denunciar algo que 17 años después casi hemos superado. Quería darle normalidad a que una mujer quiera estudiar y a la vez hacer deporte, y no quedarse simplemente en ama de casa. Por suerte en este tiempo la incorporación de la mujer a la industria laboral y deportiva ha avanzado progresivamente.
Paso a paso y como quien va subiendo de divisiones, podríamos decir que la película de “Quiero ser como Beckham” fue necesaria para ganar a un rival. El trofeo de la final, podría ser que en unos años no muy lejanos se pueda producir una película que tenga como referentes a Vero Boquete, Sandra Hernández o Leila Ouahabi.
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